La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta el sistema nervioso central (SNC), con una aparición temprana que conduce a una neurodegeneración progresiva, lo que provoca un amplio espectro de trastornos en los sistemas funcionales del cuerpo. Comprender esta enfermedad es crucial para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
La definición de Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple (EM) se caracteriza por la destrucción de la mielina, una sustancia que recubre las fibras nerviosas del sistema nervioso central. Esta destrucción es causada por un ataque del sistema inmunológico. Al dañar la mielina ocurre una interrupción de la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, lo que puede llevar a una variedad de síntomas neurológicos, físicos y cognitivos.
Estadísticas y epidemiología
La EM afecta a aproximadamente 2,3 millones de personas en todo el mundo, con una prevalencia global de 35,9 casos por cada 100.000 habitantes. Generalmente, se diagnostica entre los 20 y 50 años, siendo las mujeres más propensas a desarrollarla que los hombres.
Causas y factores de riesgo
Aunque la causa exacta de la EM sigue siendo desconocida, se ha identificado una combinación de factores genéticos y ambientales que aumentan el riesgo. La falta de vitamina D, el consumo de tabaco y la exposición al virus de Epstein-Barr son algunos de los factores que se han asociado con esta enfermedad.
Cuadro clínico
Al inicio de la enfermedad, los primeros síntomas que se han observado con mayor frecuencia son:
- Alteraciones en la visión y sensación de hormigueo, ya sea en brazos o piernas.
- Puede provocar prácticamente cualquier síntoma neurológico atribuible a una lesión del SNC. Con el tiempo aparecen síntomas físicos como a nivel psicológico, como: debilidad en brazos y piernas, ataxia (alteraciones en la coordinación), visión doble, alteraciones en la sensibilidad, fatiga, espasmos musculares, síntomas de Lhermitte (sensación de descarga eléctrica desde las cervicales hasta las piernas al flexionar el cuello), estreñimiento, disfunción de la vejiga, alteraciones a nivel cognitivo y en el lenguaje, depresión y ansiedad.

Curso de la enfermedad
Variabilidad en la progresión
El curso de la EM es impredecible y es diferente en cada paciente. La evolución de la EM es variable, y en la actualidad no se puede predecir para un paciente concreto cuál será su evolución en cuanto a brotes, incremento de la discapacidad o cambio de curso clínico.
Tipos de curso clínico
Existen 4 categorías principales de acuerdo al curso de la enfermedad:
- Esclerosis Múltiple Recurrente/Remitente: En este tipo existen ataques discretos que duran días o semanas (ocasionalmente horas) y representan el 85% de los casos de EM al inicio. Una recuperación completa a menudo sigue al ataque inicial, pero esto puede volverse menos evidente a medida que los ataques persisten con el tiempo.
- Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva: Se caracteriza por un deterioro constante de la función que no está relacionado con ataques repentinos, aunque estos pueden persistir o no durante la fase progresiva. Presenta manifestaciones más graves y síntomas permanentes.
- Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva: Es el 15% del total de casos de EM; la enfermedad en este tipo tiene una frecuencia de ataques relativamente menor, pero hay una disminución mayor en la función. Su edad de inicio es a una edad media de 40 años y las discapacidades motoras del paciente pueden ocurrir más rápidamente.
- Esclerosis Múltiple Progresiva Recurrente: Representa solo el 5% de los casos, su pronóstico es grave.
Diagnóstico

El diagnóstico de la EM puede ser un proceso complejo, ya que no existe una prueba única que la confirme, por lo que se necesita una combinación de valoraciones y estudios.
Procedimientos Diagnósticos:
- Historia Clínica y Examen Neurológico: Son fundamentales para identificar los signos y síntomas característicos de la EM.
- Criterios Diagnósticos de McDonald: Son una serie de criterios destinados a decidir si se considera o no a una persona como afectada por la esclerosis múltiple.
- Resonancia Magnética: Es el estudio más sensible en la detección de lesiones desmielinizantes en el SNC, además de excluir diagnósticos diferenciales.
Abordaje y tratamiento
No existen tratamientos curativos de la enfermedad; sin embargo, existen abordajes que son beneficiosos para disminuir el impacto negativo de la EM, y que tienen como objetivo principal: el manejo de ataques severos y disminuir la actividad biológica de la EM.
Los abordajes principales que se llevan a cabo en la EM son:
- Terapias Modificadoras de la Enfermedad: Regulan la activación inmune para detener la progresión de la enfermedad, prevenir recaídas o revertir parcialmente la discapacidad.
- Fisioterapia/Neurorehabilitación: La implementación de ejercicios bien estructurados es una herramienta factible, segura y una estrategia de tratamiento útil y de apoyo para disminuir los síntomas, mejorar la función e independencia en las personas con EM.
- Corticosteroides: Su objetivo principal es disminuir la actividad de células inflamatorias y así favorecer la disminución del ataque a la mielina.

Neurorrehabilitación y Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple (EM) requiere un manejo integral a largo plazo. Los programas de neurorrehabilitación son esenciales, ya que ayudan a mejorar la fuerza muscular, la movilidad, la función cognitiva y la capacidad cardiorrespiratoria, además de reducir la fatiga.
El ejercicio terapéutico y la fisioterapia promueven la neuroplasticidad y disminuyen el riesgo de discapacidad, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes en comparación con aquellos que no reciben rehabilitación.
En resumen
La esclerosis múltiple es una enfermedad desafiante y multifacética que requiere una comprensión profunda y un enfoque de tratamiento integral. La investigación continua y el apoyo adecuado pueden ofrecer esperanza y mejorar significativamente la vida de quienes viven con esta condición.
